5 Experimentos Psicológicos que prueban que la humanidad está condenada.

by jotatan at/on 15:31
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La noticia original en inglés está en este link.
Y la traducción en español original también acá.

5 EXPERIMENTOS PSICOLÓGICOS QUE PRUEBAN QUE EL SER HUMANO ESTÁ CONDENADO AL LADO OSCURO


Los psicólogos saben que hay que andarse con cuidado cuando escarbas en la mente humana por que nunca estás seguro de lo que puedes encontrar allí. Durante años han habido ciertos experimentos psicológicos que han proporcionado terribles conclusiones acerca de los sujetos estudiados.

Oh, y no estoy hablando de psicópatas ocasionales a los que se le va la pinza, no… Estamos hablando de ti, de personas normales y corrientes. Los experimentos hablan por sí mismos.

#5. CONFORMIDAD
El test de conformidad de Asch (1953)



Introducción y método
Solomon Asch quiso llevar a cabo una serie de estudios que documentasen el poder de la conformidad, con el propósito de deprimir a cualquiera que leyese sus resultados.

Se dijo a los sujetos que tomarían parte en un test visual junto a un grupo más de personas.
Tras enseñarles unas imágenes a los participantes, éstos debían responder a unas preguntas individuales simples y obvias. Lo curioso es que cualquier otra persona además del participante (sujeto de estudio) era un gancho que respondía siempre mal, por muy fácil que fuese la pregunta.
Así que…. ¿iría el sujeto en contra de la muchedumbre, aunque ésta esté clara y tontamente equivocada?

Al sujeto crítico le era asignado, sin que él tuviera conciencia de ello, un determinado lugar en el aula, más bien alejado y que por lo general era el penúltimo, de forma que recibiría el impacto pleno de la tendencia mayoritaria de respuesta antes de emitir su propio juicio.

Las preguntas realizadas eran de este tipo:


Todo lo que debían hacer es decir qué línea de la derecha era idéntica a la de la izquierda. Como puedes ver, Asch no pedía conocimientos extremos… en realidad, la única forma de fallar la pregunta es haber tomado varias dosis de LSD esa misma mañana y haberte frotado además unas cuantas contra los ojos (cosa que habría hecho del experimento una experiencia increíble, pero esa no es la cuestión).

Resultados
Pues aún así, tristemente, el 32 % de los sujetos responderían mal si vieran que todos los de la clase diesen la misma respuesta errónea, incluso cuando la respuesta era evidente.
Uno de cada tres humanos seguiría al grupo incluso si éste se tira por el proverbial puente/pozo.

Qué nos dice esto de ti
Imagina lo que significa un porcentaje de 32 personas cuando el contexto de respuestas deja de ser tan sencillo como una línea negra sobre fondo blanco.
Todos pretendemos reír las gracias del grupo aún cuando no hemos pillado el chiste, o dudamos de nuestra propia opinión si nos damos cuenta de que socialmente está mal vista o es impopular.
Demasiado para aquel dicho infantil de “sé tú mismo”
"Bueno, yo soy un rebelde inconformista” diréis algunos.
Por supuesto, pero el siguiente paso es averiguar qué están haciendo los otros inconformistas…

... y asegurarte de que te conformas a ello.

"¡Espera, tienes razón! Debemos sublevarnos contra la mentalidad descerebrada colectiva! Tomemos las calles!"


Quien no pille el chiste gráfico de la última foto debería verse la peliculilla de marras: V de Vendetta



#4.HIPOCRESÍA
El experimento del Buen Samaritano (1973)


Introducción y método
La historia bíblica del buen samaritano, por si nadie ha oído hablar de ella, cuenta cómo un Samaritano (figura de baja calaña en la época) ayuda a un hombre moribundo en medio del camino mientras que otras personas bien vistas y de clase alta lo ignoran.
Los psicólogos John Darley y C. Daniel Batson quisieron probar si la enseñanza bíblica tenía algún efecto en el comportamiento humano.

Los sujetos eran un grupo de estudiantes de seminario. A la mitad de los estudiantes se les relató la historia de Buen Samaritano y tuvieron que dar un sermón sobre ella en otro edificio. A la otra mitad del grupo se les pidió que diesen un discurso sobre las oportunidades de trabajo en un seminario.
Como añadido, los sujetos tenían distintos horarios en los que presentar sus exposiciones, por lo que algunos tendrían que darse prisa y otros no.

Entonces, de camino al edificio, los sujetos se encontrarían a una persona tirado en el suelo, con pinta de necesitar ayuda.
Nos gustaría pensar que Darley y Batson le dieron una paliza al primer viandante que pillaran, pero parece ser que las fuentes los desmienten.

C. Daniel Batson probablemente no le pegó a un mendigo…

Resultados
La gente que había estado estudiando la historia del Buen Samaritano no se detuvo más que aquellas personas que estaban preparando el discurso sobre dar oportunidades.
El factor que de verdad marcó la diferencia fue la prisa que tenía cada uno…

De hecho, con las prisas del tiempo, solo un 10% pararían a ofrecer su ayuda, incluso cuando se dirigían a sermonear a la gente sobre lo maravilloso que es pararse y ofrecer ayuda.
Siendo justos, si tú llegases tarde a clase, ¿aceptaría el profesor como excusa un “He tenido que parar para socorrer a un viajante herido a punto de morir”?
Probablemente no, a menos que pudieras quitarle la camiseta ensangrentada y mostrarla como prueba.

Qué nos dice esto de ti
Si queremos acentuar el contexto humorístico de esto, podemos mencionar a al congresista anti-gays haciendo marranadas gays en un baño de hombres, o la casa consume-energía de Al Gore.


Resulta que Al Gore fue (y es) un gran defensor del ecologismo, del desarrollo sostenible y toda esa mierda pelotuda. El caso es que, siendo vicepresidente, proponía de todo para el cambio climático y tal. Pero se descubrió que en su casa, el tipo consumía una cantidad de Luz, Agua y Gas A-C-O-J-O-N-A-N-T-E-S, así que se calló... y desde entonces se están riendo de él.

... la verdad es que es común pensar que los ciudadanos de apie somos tan hipócritas como los políticos.
Después de todo, es mucho más fácil hablarle a un colectivo de centenares de personas sobre ayudar a extraños que tocar a un maloliente y moribundo mendigo.

Pero en el caso de que pienses que estos resultados solo son aplicables a un grupo de seminaristas hipócritas, pon las noticias.
¿Recuerdas, hace unos años, aquellas grabaciones de las cámaras de una carretera, que mostraban cómo hasta doce coches ignoraron a una mujer herida en el suelo?


Al igual que los estudiantes, todos ellos “tenían que ir a otro sitio”
Los conductores incluso estaban orgullosos de haberla esquivado, en lugar de atropellarla.

Lo que nos lleva a…


#3. IMPASIBILIDAD El experimento de la Apatía de Bystander (1968)


Introducción y método
Cuando una mujer fue asesinada en 1964, los periódicos publicaron que 38 personas presenciaron el ataque sin hacer absolutamente nada.
John Darley y Viv. Latane quisieron saber si el hecho de que esos testigos impasibles formaran parte de un grupo mucho mayor influyó en el ofrecimiento de ayuda.

Los dos psicólogos invitaron a algunos voluntarios para que participaran en un debate.
Lo pusieron de tal forma que la conversación fuera extremadamente personal (probablemente sobre el tamaño de sus genitales o algo así), y que los dos individuos estarían separados en habitaciones diferentes, usando un intercomunicador para comunicarse.

Durante la charla, uno de los miembros fingiría sufrir un ataque epiléptico, que sería oído por el altavoz claramente. No estamos seguro de cómo se identifica por un intercomunicador un ataque epiléptico, pero suponemos que diría “Wow, menudo ataque epiléptico que estoy teniendo”


Resultados
Cuando los sujetos creían que eran los únicos que estaban dialogando (además del epiléptico, quiero decir), un 85% fueron lo suficientemente heroicos para salir de la habitación y buscar ayuda una vez que el gancho fingiera el ataque.
Tiene sentido.
Tener una conversación (acerca de tus minúsculos genitales, claro) con otra persona es bastante difícil, pero tener que hablar del tema contigo mismo es bastante triste.
De todas formas, un 85% de las personas buscarían ayuda… no está mal, ¿eh?

Es que la cosa no acaba aquí

Cuando el experimento fue modificado para que los sujetos creyesen que había otras cuatro personas en la conversación, sólo un 31% buscó ayuda cuando el ataque epiléptico ocurrió.
El resto asumió que alguna otra persona se haría cargo de la situación. Así que el dicho “Cuantos más seamos, mejor” deja de tener efecto aquí, por que la verdadera frase sería “Cuantos más seamos, más posibilidades tienes de morir si sufres un ataque”

Cualquiera puede tener epilepsia, según el dibujo de este niño

Qué nos dice esto de ti
Obviamente, si hay una emergencia y tú eres el único alrededor, la presión por socorrer incremente masivamente.
Te sientes 100% responsable de lo que ocurra. Pero si estás con otras 10 personas, solo te sientes un 10% responsable.

El problema es que los demás también se sienten un 10% responsables.

Será más fácil de entender con algunos ejemplos.
Quizá los conductores que vadearon a la mujer herida tirada en le asfalto hubieran parado si se tratara de una autopista desierta. Aunque entonces lo más probable es que la abandonaran de todas formas, al no haber nadie mirando (al contrario que los sujetos del experimento, que al menos sabían que otros juzgarían sus acciones al estar presentes)

O a lo mejor es sólo una simple manera de excusarnos a nosotros mismos “Seguro que alguien vendrá y salvará a la mujer de la carretera” decimos, o “Seguro que alguien hará algo para frenar el cambio climático” o "Seguramente el tiburón se cansará dentro de poco y dejará de devorar a ese hombre”
Necesitamos la excusa más sencilla para no hacer nada.



#2. ABUSO DEL PODER
El experimento de la Prisión de Stanford (1971)


Introducción y método
El psicólogo Philip Zimbardo quiso descubrir cómo afectaba el cautiverio a las autoridades y a los reclusos en prisión.
Suena inofensivo.
En serio, ¿qué podría ir mal?
Zimbardo transformó el sótano del Departamento de Psicología de Stanford en una simulada prisión. Los sujetos voluntarios solo habrían de responder a un anuncio en el periódico...


Bueno... este no es el anuncio original

... y después, solo pasar un test que probara una buena salud y una buena estabilidad mental (factores muy importantes para decidir quién va a prisión)
Estos voluntarios eran todos varones estudiantes universitarios que fueron divididos arbitrariamente en 12 guardas y 12 reclusos.
Zimbardo decidió que él también quería jugar, y se declaró a sí mismo Superintendente de prisión.
La simulación estaba ideada para un tiempo de dos semanas.
Seh, nada podría salir mal…


Resultados
Hizo falta un día para que cada sujeto se volviera más loco que una jodida cabra.
Tan solo al segundo día de cautiverio, los prisioneros llevaron a cabo un motín (en un centro falso de detención, recordemos), con barricadas de camas en sus celdas, y continuas burlas a los guardias.
Los guardias vieron en esto la oportunidad perfecta para disparar con los extintores un chorro de espuma contra los insurgentes.
¿Por qué?... bueno, ¿por qué no?



Desde entonces, la prisión de Stanford se fue convirtiendo progresivamente en un infierno.
Algunos guardas obligaron a sus compañeros a dormir desnudos en el suelo de cemento, e incluso les restringieron el acceso al baño (tal acto lo consideraban un privilegio)
Forzaron a los prisioneros a realizar ejercicios humillantes, como lavar los retretes con sus propias manos desnudas.
Increíblemente, cuando a los “prisioneros” se les negó el derecho a salir con libertad condicional, a nadie se le ocurrió preguntar sobre el maldito experimento.
Recuerda que legalmente no tenían ninguna razón para ser encarcelados, solo era un ejercicio psicológico de roles.
Este hecho parece que se olvidó cuando se sentaron desnudos sobre su propia porquería con bolsas sobre sus cabezas.

Hasta cincuenta forasteros dejaron de observar la prisión, pero la moralidad de la prueba nunca fue cuestionada hasta que la novia de Zimbardo, Christina Maslach, objetó acerca del experimento.
Después de seis días, Zimbardo puso fin al experimento (varios “guardias” expresaron su descontento con esta decisión).
Si estabas a punto de aplaudir a Maslach como la única persona sensata de toda esta jodida majadería, deberías saber que se acabó casando con Zimbardo, el tío que dirigió el experimento.

Qué nos dice esto de ti
¿Algunas vez has sido puteado sin motivo por un policía chulito que actuaba como un general militar?
Los estudios científicos dicen que si los papeles fueran cambiados, tú actuarías de la misma forma.

Normalmente uno se aterra de las repercusiones que pueden llevar a que un humano torture a otro.
Danos poder absoluto sobre alguien y una “vista gorda” por parte de nuestros superiors, y nos pondremos a hacer pirámides con presos desnudos [Referencia a Abu Ghraib, ciudad de Irak donde se torturaban a los presos de esa forma]
Hey, si eso les puede pasar a un grupo de estudiantes universitarios hippies de la era Vietnam, seguro que puede pasarte a ti.



#1. LA OBEDIENCIA ANTE EL PODER.
El experimento de Milgram (1961)



Introducción y método
Cuando los Nazis fueron sometidos en los Juicios de Nuremberg, muchos de los que se defendían se excusaron diciendo que “Ey, yo sólo cumplía órdenes”
El psicólogo Stanley Milgram, de la Universidad de Yale, quiso saber cómo afecta una autoridad a la hora de acatar órdenes.
Podría haberle preguntado a la gente, ¿no?
Eso no habría sido lo suficientemente revelador, Milgram pensaba en grande.
A través de anuncios en un periódico se reclamaban voluntarios para participar en un ensayo relativo al "estudio de la memoria y el aprendizaje" en Yale, por lo que se les pagaba cuatro dólares más dietas.
A los voluntarios que se presentaron se les ocultó que en realidad iban a participar en un investigación sobre la obediencia a la autoridad. Los participantes eran personas de entre 20 y 50 años de edad de todo tipo de educación: desde los había que acababan de salir de la escuela primaria hasta participantes con doctorados.

El investigador comunica al participante voluntario a investigar y a otro que se hace pasar también por participante, pero que en realidad es un cómplice del investigador, que están participando en un experimento para probar los efectos del castigo en el comportamiento del aprender. Se les señala que es escasa la investigación llevada a cabo en este campo y se desconoce cuánto castigo es necesario para un mejor aprendizaje.

A continuación, cada uno de los dos participantes escoge un papel de una caja que determinará su rol en el experimento. El cómplice toma su papel y dice haber sido designado como "alumno". El participante voluntario toma el suyo y ve que dice "maestro". En realidad en ambos papeles ponía "maestro" y así se consigue que el voluntario con quien se va a experimentar reciba forzosamente el papel de "maestro".

Separado por un módulo de vidrio del "maestro", el "alumno" se sienta en una especie de silla eléctrica y se le ata para "impedir un movimiento excesivo". Se le colocan unos electrodos en su cuerpo con crema "para evitar quemaduras" y se señala que las descargas pueden llegar a ser extremadamente dolorosas pero que no provocarán daños irreversibles. Todo esto lo observa el participante.

Se comienza dando tanto al "maestro" como al "alumno" una descarga real de 45 voltios con el fin de que el "maestro" compruebe el dolor del castigo y la sensación desagradable que recibirá su "alumno". Seguidamente el investigador, sentado en el mismo módulo en el que se encuentra el "maestro", proporciona al "maestro" una lista con pares de palabras que ha de enseñar al "alumno". El "maestro" comienza leyendo la lista a éste y tras finalizar le leerá únicamente la primera mitad de los pares de palabras dando al "alumno" cuatro posibles respuestas para cada una de ellas. Éste indicará cuál de estas palabras corresponde con su par leída presionando un botón (del 1 al 4 en función de cuál cree que es la correcta). Si la respuesta es errónea, el "alumno" recibirá del "maestro" una primera descarga de 15 voltios que irá aumentando en intensidad hasta los 30 niveles de descarga existentes, es decir, 450 voltios. Si es correcta, se pasará a la palabra siguiente.



El "maestro" cree que está dando descargas al "alumno" cuando en realidad todo es una simulación. El "alumno" ha sido previamente aleccionado por el investigador para que vaya simulando los efectos de las sucesivas descargas. Así, a medida que el nivel de descarga aumenta, el "alumno" comienza a golpear en el vidrio que lo separa del "maestro" y se queja de su condición de enfermo del corazón, luego aullará de dolor, pedirá el fin del experimento, y finalmente, al alcanzarse los 270 voltios, gritará de agonía. Lo que el participante escucha es en realidad un grabación de gemidos y gritos de dolor. Si el nivel de supuesto dolor alcanza los 300 voltios, el "alumno" dejará de responder a las preguntas y se producirán estertores previos al coma.

Por lo general, cuando los "maestros" alcanzaban los 75 voltios, se ponían nerviosos ante las quejas de dolor de sus "alumnos" y deseaban parar el experimento, pero la férrea autoridad del investigador les hacía continuar. Al llegar a los 135 voltios, muchos de los "maestros" se detenían y se preguntaban el propósito del experimento. Cierto número continuaba asegurando que ellos no se hacían responsables de las posibles consecuencias. Algunos participantes incluso comenzaban a reír nerviosos al oír los gritos de dolor provenientes de su "alumno".

Si el "maestro" expresaba al investigador su deseo de no continuar, éste le indicaba imperativamente y según el grado:

* Continúe, por favor.
* El experimento requiere que usted continúe.
* Es absolutamente esencial que usted continúe.
* Usted no tiene opción alguna. Debe continuar.

Si después de esta última frase el "maestro" se negaba a continuar, se paraba el experimento. Si no, se detenía después de que hubiera administrado el máximo de 450 voltios tres veces seguidas.

Resultados

Antes de llevar a cabo el experimento, el equipo de Milgram estimó cuáles podían ser los resultados en función de encuestas hechas a estudiantes, adultos de clase media y psicólogos. Consideraron que el promedio de descarga se situaría en 130 voltios con una obediencia al investigador del 0%. Todos ellos creyeron unánimemente que solamente algunos sádicos aplicarían el voltaje máximo.

¿Qué porcentaje crees que salió “de la teoría a la práctica”?

En el experimento original, el 65% de los participantes (26 de 40) aplicaron la descarga de 450 voltios, aunque muchos se sentían incómodos al hacerlo. Todo el mundo paró en cierto punto y cuestionó el experimento, algunos incluso dijeron que devolverían el dinero que les habían pagado.
Ningún participante paró en el nivel de 300 voltios, límite en el que el alumno dejaba de dar señales de vida. Otros psicólogos de todo el mundo llevaron a cabo variantes de la prueba con resultados similares, a veces con diversas variaciones en el experimento.

El estudio posterior de los resultados y el análisis de los múltiples tests realizados a los participantes demostraron que los "maestros" con un contexto social más parecido al de su "alumno" paraban el experimento antes.



Qué nos dice esto de ti
[Las repercusiones filosófico-éticas del experimento las tenéis en el artículo original de la Wikipedia muy bien redactadas y explicadas. El link al artículo lo encontráis haciendo click en el título de este experimento]

Charles Sheridan y Richard King llevaron el experimento un paso más allá.
Les pidieron a los sujetos que electrocutaran a un cachorro por cada acción incorrecta que éste cometiera.
A diferencia del experimento de Milgram, las descargas eran de verdad.
20 de los 26 sujetos alcanzarían el máximo voltaje.



Casi un 80%. Piénsalo; cuando estás dando un paseo por la calle, ocho de cada diez personas con las que te cruces serían capaces de torturar a un cachorrito si un tipo enfundado en una bata de científico se lo ordena.

El fin de la prueba era medir la buena voluntad de un participante a obedecer las órdenes de una autoridad aún cuando éstas puedan entrar en conflicto con su conciencia personal.


2 comentarios:

Diego Ignacio Almonte dijo...

leyendo por ahora los dos primeros experimentos, ya que varguiñas es muy largo.... cabe decir, que el primero ya lo habia visto en un libro de psicologia general...es la pura y santa verdad.... seguimos al resto..a la mochedumbre..... sin embargo, el otro estudio no lo habia visto,,, y es increible los resultados... igual pienso que una historia simple por mas bíblica que sea... no fue de gran ayuda... deberían haber puesto mas material para concientizar..algo mas educacional..pero, que vaahh!!! ellos son los expertos...

bueno varguiñas... super interesante los estudios....

despues continúo con los otros...

ya te dejo....

que te vaya bien...

xao

Diego Ignacio Almonte dijo...

Hola.... yO de nuevo. Como estas?...

Oye, que no escribas en tu blog, no significa que no leas y comentes en los de tuis amigos... ahh!!!

Que tienes en tu defensa....
se` que ahora edstas ocioso..estas de vacaciones.. o no???

jajaja.....

ya loco.."monitos en 3D" pasate por el mio.... no seas forro!!!!

ya chao.

 
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